lunes, septiembre 11, 2006


Sólo sé que no sé nada...

Muchos sofistas pudieron adoptar esta ideología para convertirse en perseguidores de Sócrates, tal vez Sócrates no existió, o quizás no tuvo esa ideología a la que muchos pudieran involucrarse. Sin embargo, yo tomo esta frase para decirte "Sólo se que no sé nada.". Tú puedes sacar mis conclusiones, aunque ya las debes tener en la mente dia y noche... como las agujas de un reloj que no paran, sólo siguen andando por inercia absurda, por dictadura del tiempo. No quisiera imitar a Sócrates, ni a Platón, ni mucho menos a Aristóteles... me gusta ser yo!, ver la vida y sentirla desde mi punto de vista. ¿Fusionar los corazones?, buena propuesta, sería perfecta si tan sólo la ciencia lo permitiera. Pero, hay otra forma de hacerlos funcionar de un solo motor... con la fuerza del amor, dejando que la vida los arrastre como cuando un rio se lleva por delante sedimentos, junto a él la vida y el sonido majestuoso que inspira al acostarte sobre una roca; como cuando el viento por mecanismo propio sopla a favor de un velero que se queda naufrago en el medio del mar...¡Claro! siempre y cuando no haya pasado que importe. Quizás me autoevalue como un sofista, un principiante de las ideas, pero que está haciendo historia en tu corazón. "Estas hecha del material que le da vida a los sueños." y como Calderón De La Barca dijo, "...Que la vida es sueño, y los sueños, sueños son.", simplemente eres mi vida, mi tiempo, mis segundos, mis minutos, mis horas, mi cielo, mi luz, mi tempestad... Manejas mi corazón, eres la intrusa más bella que ha podido invadir mi vida. Lo único que puedo ahora es rendirme a tus pies; iniciar algo sin ver atrás. El caos llegó cuando el mundo fue creado en la mitología griega, llenó la vida de tinieblas, obscuridad, miedo, pero ese miedo se abatió...así que me pregunto, por qué acordarse del pasado si hay miles de expediciones que realizar y millones de experiencias que vivir. ¿Alguna vez has escuchado atenta el sonido del amor?, yo sí, es ese sonido que viene del interior de tu pecho, que con tan sólo imaginarte empieza a acelerarse cada vez más fuerte. Yo me pierdo en ese sonido, me pierdo en el sonido de tu voz. Me domaste, has domado lo que nadie en mi domó. Y por último, concluyo diciéndote que "El cielo es el límite, sólo depende de tí el más allá."

Te Adoro preciosa!

Vives en mí...